viernes, 22 de mayo de 2015

La tolerancia en el fútbol, ¿en extinción?

Ahora que se acaba la temporada futbolística, "hablemos de fútbol". O más bien, de todo menos fútbol, que en eso es en lo que se ha convertido o se están convirtiendo los recintos deportivos que albergan partidos de fútbol, en "cloacas humanas".

Todas las semanas nos cansamos de ver en programas deportivos, telediarios, prensa, radio, internet... cientos de noticias deportivas, o en este caso, futbolísticas, y no precisamente ciñéndose a un guión deportivo ligado al fútbol. ¿Cuántos habéis ido a ver un partido de fútbol (sea la categoría que sea) y NO habéis escuchado un insulto o menosprecio hacia algún jugador o árbitro?. Seguro que todos habéis escuchado algún improperio hacia dichas personas, en menor o mayor grado pero insultos al fin y al cabo.

Y es que de eso quería hablaros, de la poca o nula tolerancia que en algunos casos se aprecia en los campos de fútbol (que seguro que en otros deportes también se dará, pero principalmente en éstos) a todos los niveles, pero me centraré en el nivel local (3ª división) principalmente, que es el que mejor conozco. Llevo varios años asistiendo al campo como aficionado y los últimos seis años como socio, y he ido viendo como en contra de lo que la lógica podría indicar, la intolerancia ha ido en aumento. 

Es lógico que el aficionado se caliente o se enfade con el árbitro o los jugadores rivales o propios por acciones puntuales o un mal partido. Hasta aquí todo normal. Pero lo que ya no es tan normal es que esos jugadores o árbitros tengan que aguantar insultos hacia su persona, su familia y hasta sus difuntos. Y el resto del público, menores incluidos, tampoco tienen porqué aguantarlo. Lo más sorprendente es que esas personas que se "calientan" no solían ser asiduos al campo años atrás, y no son precisamente unos adolescentes o niños. Ser socio o pagar tu no entrada no te da derecho a hacer lo que te dé la gana.

Esos jugadores y árbitros no son profesionales, son "amateurs", que dependiendo del equipo en el que jueguen cobraran una gratificación a final de mes en el mejor de los casos, otros ni eso, por que juegan a fútbol por placer, por que les gusta y se divierten con ello. Al igual los árbitros cobran una cantidad fija por parte del equipo local por partido a repartir entre cuatro (los tres árbitros y una parte para la federación). estamos hablando de 3ª división, aquí nadie es profesional y la mayoría tiene su trabajo diario.


Ahora bien, imaginemos que un domingo cualquiera en el partido, ese aficionado que se calienta, al que llamaremos "intolerante", pues le dice unos cuantos insultos al árbitro recordando a su madre (sin ser el día de ésta) por creer que ha perjudicado a su equipo o bien por que cree que no ha sido falta o lo que sea. Llega el lunes y el "intolerante" está en su oficina, taller, bar, tienda... en su lugar de trabajo, y entra el árbitro del día anterior y éste le dice al "intolerante" los mismos insultos que le dijo el día anterior sobre su madre en el campo. ¿Y ahora qué? ¿Falta de educación del árbitro? ¿Falta de respeto a una persona que está trabajando?. 


Pues a ésto llegaremos algún día como no le entre en la cabeza a los "intolerantes" que esas personas que están en el campo, jugadores y árbitros, no se ganan la vida con ello, no son profesionales y que sin su labor sería imposible poder pasar una tarde de domingo viendo un partido de fútbol. Y esto hablando de 3ª división, aplicable a todas las categorías que están por debajo y las categorías inferiores, donde los padres de los jugadores se piensan que tienen de hijo a un Messi, Ronaldo o Casillas.




Pensar antes de abrir la boca, que todos somos humanos (sí, esos que matan por placer y odian por odiar, pero eso ya en otro post más adelante) y tenemos los mismos sentimientos que tú, los mismos derechos y la posibilidad de errar como personas que somos. Pero claro, es mi opinión.

viernes, 8 de mayo de 2015

Nos han robado la calle

Quizás no todo el mundo entienda esta entrada, sobre todo los más jóvenes, pero si recuerdas cosas como "la ley de la botella, picaporte, el toro, peonza, chapas..." , entenderás a la perfección todo lo que digo. 

¿Qué similitud tienen los niños de hoy en día con los de hace un par de décadas (sin ir más lejos)?. Pues a mi parecer, únicamente la edad. Si hacéis memoria, no encontraréis apenas coincidencias entre unos y otros. Recordar cuando a la salida del colegio por la tarde (sí, teníamos colegio por las tardes) quedábamos con los amigos para jugar en la plaza o a la calle a fútbol, usando como porterías las cocheras o los bancos, sin importar ensuciarnos, rozarnos las rodillas y codos o pisar los charcos y barro, con la "ley de la botella: el que la tira va a por ella", ¿recordáis?. Recordar cuando "inocentemente" apoyábamos la mano en los timbres de las puertas y salíamos corriendo a escondernos, ¿recordáis?. Recordar cuando jugábamos "al toro" subiéndonos por las rejas de la parte antigua, recorriendo sus calles delante de un amigo portando un palo con dos cuernos en los extremos, y si te pillaba, te tocaba hacer a ti de toro ¿recordáis?.


¿Y que me decís de la peonza? ¿y los "chilis" o bolindres? Sí, chilis, así los llamábamos por aquí, o más conocidos como "bolindres", siendo llamados canicas por los más... digamos que por los de ciudad. La de horas que podíamos pasar con un juego tan simple, con un pequeño agujero en el suelo,  "güá"y un bolindre cada uno sin límite de jugadores. Así empezaron nuestros pinitos en las apuestas, si ganabas, te tenían que dar un bolindre los demás jugadores. Aquí se movía más dinero que en las carreras de caballos jeje.



Y claro, la vida pasa, el mundo evoluciona y todo cambia a una velocidad vertiginosa haciendo que lo que ayer parecía lo "más" hoy simplemente sea algo "más". Actualmente ver a niños jugar en la calle con la inocencia de antes es algo difícil, muchos de ellos en vez de jugar se dedican a estropear, romper o inutilizar aquello que tienen a su disposición y a la de los demás, ojo!! he dicho algunos, no todos.


Los parques infantiles hoy están llenos de columpios y demás entretenimientos muy novedosos, coloridos y abstractos en algunos casos, llegando casi a tener que llevar manual de instrucciones. Y todo ello, según dicen, por la seguridad de los niños, con suelo de caucho, protecciones en esquinas y aristas.... Y los niños de antes, ¿no estábamos seguros?. Recuerdo los columpios, el tobogán y el balancín del polideportivo, junto a las piscinas, puro hierro y acero, y aquí estamos, sanos y salvos. Claro que nos caímos, que nos dimos golpes, que nos hicimos heridas, chichones e incluso alguna pitera, pero ¿y qué?, no le cogíamos miedo, si nos caíamos y nos hacíamos una herida, nos daba igual, volvíamos a montar como si nada y disfrutábamos como siempre.



Luego están las videoconsolas, un boom de los últimos diez años que ha evolucionado a pasos agigantados. Hoy los niños tienen la PlayStation, la Wii, Nintendo DS, XBox, PsP... Y así muchas más. Quizás ese sea uno de los factores de que las calles y parques hoy estén ocupados por coches y perros (mas bien los excrementos de éstos) respectivamente. Yo aún recuerdo mi primera videoconsola, una réplica de la mítica Atari 2600, que llevaba en memoria 32 juegos grabados. Era de lo más simple, pero nos entretenía y nos hacía pasar ratos divertidos con los típicos piques entre amigos.

Quizás habría que recuperar esa imagen de los niños jugando en la calle, con las rodillas magulladas, la camisa por fuera del pantalón, las manos sucias y con una sonrisa en la cara, y dejar algo de lado las nuevas tecnologías para otro rato. Pero claro, es solo mi opinión.